Chirimeno

jueves, diciembre 14, 2006

Anecdota

El bar en el que trabajo hace las veces de galería para nuevos artistas: Pintura, diseño de modas, escultura, etc. Justo ahora tenemos una exposición de fotografía, las fotos están diseminadas por todo el local sostenidas a una cuerdita por solo una pinza (si, como estas guindar la ropa al sol) es muy fácil que algún cliente se lleve la foto que le gustó pero hace unos días alguien tuvo la idea de dejar algo a cambio.
Al cerrar el local veo que una de las pinzas en vez de foto tiene una servilleta, me imaginé que era la típica servilleta que envía el galán borracho pero al leerla me conseguí con lo siguiente

"En estos momentos
no podemos hablar, pero
es irresistible la tentación
de desnudarse y ser uno mismo,
sin prejuicios, sin preocupación
(ojo, desnudarse con una mujer).
Saludos de acá para allá"


Fue una grata sorpresa conseguir ese mensaje dirigido a un "allá" que puede ser cualquier otro visitante del bar, el bar mismo o los organizadores de la exposición, da igual, lo importante es darle rienda suelta a esa necesidad de desperdigar letras e ideas. De repente explotemos eso como una exposición colectiva donde los artistas sean los clientes ¿qué opinan?

domingo, diciembre 10, 2006

Insano

INSANO

Antes escuchaba voces. Era algo en mi cabeza que me hablaba cuando me encontraba solo. Me contaba cosas: cuentos para dormir cuando era solo un niño y a medida que me hacía mayor las historias también maduraban, así pues, en mi adolescencia me contaba de ninjas, de peleas y primeros amores; más tarde de drogas, de superación, aventuras policiales, héroes de guerra, comunismo, ateísmo, sexismo, oscurantismo, rock and roll, jazz, música clásica, idiomas, historia… Era una verdadera enciclopedia en mi cabeza. Fui un prodigio, dominaba cualquier tema sin haberlo estudiado jamás; esas voces fueron una bendición. Tuve una actuación prolífica en distintas áreas, publiqué algunos libros, impartí clases en algunas universidades y gané reconocimientos a nivel mundial.

Una de las voces me advirtió en una oportunidad que sus compañeras no estaban contentas y tramaban algo contra mí; nunca más supe de ella.

Poco a poco las historias que me contaban se tornaban sangrientas, diabólicas, eran verdaderas pesadillas que no me dejaban dormir en paz. Una noche desperté con sobresalto y, por un instante fugaz, sorprendí sombras que se movían por el techo de mi habitación, no pude dormir esa noche, en parte por la pesadilla de las mutilaciones (algún día se las referiré) en parte por esas sombras enigmáticas. Sería la primera vez que veía una personificación de las voces que me acompañan toda la vida, pero no la última.
A estas alturas las voces ya no aparecían solamente cuando me encontraba solo: me gritaban e insultaban en cualquier parte, me sugerían ideas de suicidio, me ordenaban en un susurro que asesinara a tal o cual persona. Sombras misteriosas asomaban de los rincones, vivía en constan te zozobra. Creo que la gente a mí alrededor se daba cuenta, hacían bromas acerca de mi estado mental.
Un humorista llegó a publicar en un importante diario el siguiente versito:

A Chiri el inteligente
lo consume la locura
tal vez termina en indigente
a causa de tanta lectura.

Les aseguro que no me causó ninguna gracia pero cuando lo leí de las paredes caían sombras que se revolcaban de la risa en el suelo. Grité en el colmo de la desesperación y corrí fuera de mi habitación.

- ¡No estoy loco carajo!

La gente en la calle me observaba.

- ¡Déjenme en paz!

En un café me calmé, sentado en una mesa me puse a dibujar garabatos en mi libretita y decidí llamar a Gugliotta (el humorista). Aceptó cenar conmigo esa misma noche, quería expresarle mi desagrado ante ese chiste que me parecía desleal, después de todo somos amigos de hace años.
Conversábamos tranquilamente cuando de debajo de las mesas comenzaron a salir docenas de sombras.
¿Qué hacían ahí?
¿Por qué no me dejaban en paz?
Decidí ignorarlas, sabía que nadie más las veía, si no me comportaba la gente podría pensar que efectivamente estaba loco, quería irme de ahí pero aun no nos habían servido la comida siquiera. Las sombras rodearon nuestra mesa en silencio, me hacían muecas, mostraban dientes y garras, sonreían maliciosamente. Una de ellas trepó sobre Gugliotta, hice un gran esfuerzo por mantener la calma, la sombra se sentó en el hombro de mi amigo y rápidamente le arranco la oreja de un mordisco. Mi reacción fue veloz, tomé el vaso y lo estrellé contra la sombra que mordía la cabeza de mi amigo, otras sombras se precipitaron sobre mí y con golpes y patadas me las quitaba de encima…

Lo bueno de este sitio es que las sombras no aparecen, todo es demasiado blanco e iluminado; las paredes acolchadas también me agradan. Las voces todavía están ahí pero se debilitan con algunos medicamentos.

Estoy muy agradecido con el enfermero que se toma la molestia de escribir lo que le dicto, con esta camisa no puedo hacerlo.

*Original de Chirimeno (derechos reservados)

Saludos

El primer post después de mucho tiempo alejado del mundo de los Blogs, seguro hasta me han olvidado.

Mejor así jaja.

Aún no se de que va a ir este espacio, lo descubriré en el ínterin. Me gustaría pensar que será un sitio donde compartir con ustedes mi afición por las letras.